IMAGEN IMPRESA EN PAPEL FOTOGRÁFICO AUTOADHESIVO
LIRA LITERARIA Con el nombre de Lira Popular conocemos una serie de impresos sueltos que circularon masivamente en los principales centros urbanos de Chile entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Los poetas populares -salvo contadas excepciones, hombres de extracción rural transplantados a la ciudad- publicaban allí sus composiciones en verso, donde comentaban el acontecer social valiéndose de las formas métricas y del imaginario de la literatura de tradición oral. La Lira Popular fue el fruto de una síntesis entre los modos de expresión propios de la cultura campesina y las dinámicas modernas de circulación y reproducción de la palabra escrita. Por medio de estos pliegos y, luego, a través de otras publicaciones de mayor envergadura como folletos, cancioneros y cuadernillos, los poetas populares fraguaron una inédita tribuna para difundir su voz y poner la palabra escrita al servicio del sentir del pueblo. La expresión local de la "literatura de cordel" -como se conoció esta práctica en Europa debido a la forma en que las hojas se exhibían en la vía pública, colgando de un cordel atado de un árbol a otro- data de mediados de la década de 1860, época en la que una incipiente opinión pública centraba su atención en los hechos asociados a la Guerra contra España. Fue entonces cuando "el cantor de novenas y velorios, diestro en la composición de décimas a lo divino y lo humano, se decidió a utilizar el viejo metro en el comentario de hechos cívicos, y dio a conocer sus composiciones por medio de la imprenta" (Uribe, Juan. Flor de canto a lo humano, p.16). En los versos de la Lira se mezclaba, así, la relación vívida de los sucesos de actualidad -desde crímenes, catástrofes naturales y toda suerte de fenómenos prodigiosos, hasta las vicisitudes de la Guerra del Pacífico, de las contiendas electorales o de la crisis política durante el gobierno de José Manuel Balmaceda- con referencias a ciclos y personajes bíblicos características del a lo divino o con los brindis, payas, cuecas, tonadas y contrapuntos poéticos típicos del canto a lo humano, las dos vertientes de la poesía tradicional del Valle Central chileno. Encabezados por un titular e ilustrados con grabados, estos pliegos de tamaño variable incluían entre cuatro y ocho décimas, generalmente glosadas por una cuarteta, todas de un mismo autor. Además de firmar con su nombre o con un seudónimo, el propio poeta solía encargarse de pregonar la venta de los ejemplares en las calles, los mercados y las estaciones de trenes, por donde transitaban los obreros, empleadas, campesinos y artesanos que conformaban su público. Como se trataba de un segmento mayoritariamente analfabeto, no deben haber sido pocas las personas que compraban los pliegos atraídos por las imágenes o las que se reunían para escuchar la lectura en voz alta de las décimas. Si bien la circulación de la Lira decayó notoriamente hacia 1920, investigaciones recientes han demostrado que su impresión se prolongó al menos hasta la década de 1940, llegando a alcanzar tirajes de ocho mil ejemplares. Actualmente se conocen tres colecciones de la Lira Popular, dos de las cuales se encuentran en el Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional. La primera, donada por el estudioso alemán Rodolfo Lenz, comprende cerca de 500 pliegos; la segunda, recopilada por el historiador Alamiro de Ávila, contiene 350 pliegos. Por último, la tercera colección se encuentra en el Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile y fue reunida por Raúl Amunátegui. En conjunto, estas colecciones conforman un tesoro documental de alto valor literario e historiográfico, que ha sido recientemente declarado "Memoria del Mundo" por la UNESCO.